viernes, 18 de diciembre de 2009

Recuperando espacios

Las ciudades evolucionan constantemente, y en este proceso espacios, edificios e infraestructuras van quedando obsoletos y con el tiempo son abandonados. Si el abandono es definitivo el lugar se degrada y finalmente acaba desapareciendo y siendo sustituido por algo nuevo que se adapta a las nuevas demandas de la ciudad.

Sin embargo esto no siempre ocurre. En ocasiones estos elementos son representativos de nuestro pasado o poseen alguna característica relevante que hace que sea interesante recuperarlos, destinándolos a un nuevo uso que les devuelva la vitalidad.

Ese es el caso del High Line en Nueva York. Es una línea ferroviaria elevada 9 metros sobre el suelo que se construyó en los años 30 en el mayor distrito industrial de Manhattan, con el objetivo de proteger a los peatones del paso de los trenes, tras haberse producido numerosos accidentes mortales. El recorrido original era de 13 Km de longitud y su trazado no coincidía con el de las avenidas, sino que atravesaba los edificios para descargar directamente en los almacenes y fábricas las mercancías que transportaba.

Con el paso de los años el transporte por carretera fue ganando terreno al ferroviario y en los años 60 comenzó la demolición de parte del High Line. En la década de los 80 los trenes dejaron de circular definitivamente y los propietarios de los terrenos comienzaron a ejercer presiones para completar la demolición de la línea. Es entonces cuando surge un movimiento vecinal que aboga por la conservación del High Line y su transformación en un espacio público, que acabará por imponerse.



El año 2003 se convocó un concurso de ideas para diseñar este espacio y en 2004 se anunció como ganador al equipo compuesto por James Corner Field Operations, una firma de paisajistas, y por Diller Scofidio + Renfro, un estudio de arquitectura.

En 2006 se iniciaron las obras, que se ejecutan por etapas, para transformar esta infraestructura abandonada en parques urbanos. Actualmente aún se encuentran en marcha, pero en junio de 2009 se finalizó una de las secciones y ya se puede visitar.



Los nuevos parques no olvidan su pasado ferroviario y entre los jardines se han mantenido parte de los raíles y traviesas. Se han creado espacios de paseo y descanso a lo largo de casi 2,5 Km continuos, un trocito de naturaleza en un entorno privilegiado, mientras el tráfico de la ciudad continúa a su ritmo bajo el parque.

Si queréis más información sobre este tema os recomiendo visitar esta página: High Line y ver el siguiente vídeo.




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