lunes, 25 de julio de 2011

Una casa muy especial: la Trufa

Desde hace unas semanas participo en un foro de arquitectura bioclimática y para estrenarme quise enseñar una casa que me parece muy interesante, obra de Ensamble Studio / Antón García-Abril. El caso es que, para mi sorpresa, en el foro se generó un debate bastante animado. 


La casa en realidad es una cabaña de pocos metros cuadrados, perfectamente integrada en el entorno gracias a su proceso constructivo. Para empezar se apiló tierra vegetal dejando un agujero en el centro, a continuación se colocaron balas de paja para crear lo que sería el espacio interior de la cabaña y por último se vertió hormigón en masa, que ocupó el espacio vacío entre la tierra y la paja. 



La tierra cedió y el hormigón fraguó creando un volumen irregular y tiñéndose del color de la tierra. Cuando se retiró la tierra apareció el volumen exterior de la casa, con la apariencia de una piedra. 


Ya sólo faltaba vaciar la paja para poder acceder su interior. De este trabajo se encargó una ternera, que durante un año se alimentó de ella hasta alcanzar un peso de 300 Kgs. 





El resultado es una casa en la que es difícil discernir entre lo natural y lo artificial.





A mí, personalmente, el proyecto me ha gustado mucho, tanto el resultado como la idea. Desde el punto de vista arquitectónico, no se puede decir que el concepto de vaciado de un volumen en lugar de construir el espacio, sea novedoso, pero desde luego no es algo habitual hoy en día.

Tanto las fotografías como el vídeo tienen © de Ensamble Studio y Antón García-Abril. En caso de que deseen que sean retiradas pueden contactar conmigo usando las vías de comunicación de este blog.

miércoles, 6 de julio de 2011

La montaña mágica

Cuando en 1994 Chillida eligió la montaña de Tindaya para construir en su interior una de sus obras de arte, no podía imaginar todos los problemas que surgirían después y que no permitirían, hasta la fecha, ejecutarla.

Su proyecto consistía en una escultura por la tolerancia, que conectaba a los hombres con la naturaleza: el mar, el sol y la luna. El escultor pretendía crear una cámara cúbica de 50 metros de lado en el interior de una montaña. Este espacio estaría situado a 50 metros de la superficie, conectado con el exterior mediante tres túneles, dos de ellos verticales, por donde entraría la luz del sol y la luna, y un tercero horizontal de 200 metros de longitud y sección cuadrada de 15 metros de lado, que además de servir de acceso permitiría observar el mar desde el interior. La escultura no incluía más materiales que los propios de la montaña, que debía ser horadada a pico.

Fuente: La Razón

La simbología de la obra, las sensaciones que provocaría en el visitante: pequeñez, soledad... los cambios en la luz a lo largo del día y de la noche, la belleza natural de la piedra, hacen que el proyecto sea espectacular, pero... Chillida eligió Tindaya.

Tindaya, situada en Fuerteventura, era una montaña sagrada para los majos, los antiguos habitantes de la isla. Está formada por rocas traquíticas de gran valor geológico y ornamental que eran extraídas de una cantera hasta que la montaña se declaró Bien de Interés Cultural por sus valores arqueológicos y naturales: en ella se pueden encontrar más de doscientos grabados podomorfos, realizados por los aborígenes, y especies animales y vegetales amenazadas.

Podomorfos. Fuente: Canarias 24 horas

La voluntad del artista era proteger la montaña: la actuación no debía ser visible desde el exterior y prohibía la alteración del paisaje circundante en un radio de unos 5 Km. Sin embargo, recibió las quejas de geólogos, arqueólogos y ecologistas, que dudaban sobre cómo afectaría la escultura a los valores protegidos de la montaña. Durante años el proyecto ha estado parado por la oposición de estos colectivos y por problemas judiciales relativos a la propiedad de la explotación minera. Además, los diferentes informes técnicos realizados durante este tiempo son contradictorios: algunos avalan la ejecución de la obra, mientras que otros apuntan la necesidad de reducir las dimensiones de la cámara interior y de una estructura complementaria que soporte el peso de la montaña.

Finalmente, tras mantener conversaciones con la familia del artista, fallecido en 2002, el gobierno canario parece decidido a realizar la escultura, de acuerdo con los deseos de Chillida. Sin embargo ¿merece la pena ejecutarla, sabiendo los daños que puede producir la obra a la montaña?, y ¿aún conservaría el espíritu original de la escultura, al introducir elementos ajenos a los naturales?.
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